miércoles, 25 de noviembre de 2009

Ojos bien cerrados


Tal vez estos meses que estuve sin escribir guarden alguna relación con la película (mas bien el director) que hoy declaro. Explico: Stanley Kubrick era de esos tipos que saben lo que quieren y como lo quieren. Preguntenle a Tom Cruise, que tuvo que repetir una escena 80 veces. Semejante juego de linealidad y perfeccionismo merecía que me tome estos meses para pensar y repensar esta obra... O a lo mejor es que me colgué...
Todos sabemos que el sexo es un tema demasiado trillado en el cine, y casi no encuentro atracción en títulos de estas características más que en mi propio morbo. Supongo que si alguien podía no repetir la formula era Kubrick. Esta vez no se trata del sexo como situación, como anécdota, como déjà vu, como exploración; sino como algo omnipresente mas alla de estratos sociales, marcos personales y hasta el amor mismo. La escena en que los protagonista hablan en la cama mientras fuman marihuana (que por cierto, es tan real que me hace pensar que no era hierba de utilería) es una historia conocida por cualquier pareja. Una situación cotideana y divertida que encuentra en una frase un disparador para miedos guardados y miserias por guardar. Eventualmente esta situación se volverá inmanejable y ahi comienza un segundo estadío en el que entra en juego la revancha como método de defensa y todo lo que esto conlleva. No faltarán el cinismo, la prepotencia, el miedo, la conciencia de poder, el remordimiento y hasta un par de situaciones oscuramente desopilantes. Una de ellas se da en un momento de un clima increíble. Definición de paranoia: el protagonista cree ser vigilado por lo que hace. Hay alguien que lo sigue mientras camina, y es notorio que lo observa. El corre, y mira hacia atrás. Ahí está su perseguidor junto a una tremenda señal de "stop". Al mismo tiempo el protagonista para disimular toma un diario de un puesto que en su portada dice "afortunado de estar vivo". Seguidamente entra en un café donde se esta escuchando el Requiem de Mozart.
No quisiera contar más que eso de la trama, pues gran parte de su delicia esta en vivirla, así que paso a los actores. Cruise ofrece la mejor actuación de su vida, posiblemente. Que me ayude en este punto alguien que haya visto Magnolia, porque no termino de decidirme. La transformación que sufre su personaje, de una insoportable solvencia a una rotunda insignificancia se nota en sus expresiones y en su explosión final, y eso ya es mucho.
Nicole Kidman es tan, pero tan diabólicamente hermosa que en ningun momento se puede dejar de mirarla. Es el ícono de belleza perfecto para lo que busca la película. Su personaje guarda al ángel y al demonio. Es como una caja de Pandora que su marido esta aterrado de abrir, y eso es tan atractivo que la hace presente en toda la película, aunque no aparezca todo el tiempo. Basta verla en la escena en que el húngaro intenta seducirla o en su relato de la fantasía con el militar para entender lo que digo.
Algo que no puede pasar desapercibido es la música. Es terrible, mística, enfermante, y por momentos hace dudar de si seguir adelante o apagar al pantalla. En la escena de la orgía aparece como una afirmación de su religiosidad. En la de la persecusión acompaña la angustia con un maravilloso cuentagotas y en ambos casos nos hace creer que sentimos exáctamente lo que está sucediendo.
En fin, ojos bien cerrados es una película sublime porque Kubrick logra que desde la silla sintamos lo mismo que sus personajes: en una escena Cruise sostiene en sus manos una nota escrita a máquina. En la cinta destinada a países de habla hispana esa nota esta en castellano. Eso debería explicarlo perfectamente.




lunes, 20 de abril de 2009

Uno volo sobre el nido del cuco



Recuerdo haber visto esta película en mi pre-adolescencia, sobre un tipo que no está loco que se dedica a meter bardo en un manicomio, y como era de esperarse, termina mal… Y albergar la esperanza de que era una película muy pesada para mi entonces, y que tiempo después la vería y estaría preparado para ella. Pues bien, anoche vi que tuve razón todos estos años. Bien por mi!
En primer lugar el título: Qué costumbre la de acá, de cambiar los originales bajo no se qué concepto y usar pavadas como “Atrapado sin salida”, cuando el original es “Uno voló sobre el nido del cuco”. Al ver la película uno se da cuenta de lo denso y apropiado de este título. Si no lo conocemos, nos estaremos perdiendo parte importante de la historia…
Lo segundo que se me viene a la mente son los actores. Pareciera planeado que la mayoría de los reclusos salientes sean tremendos actores que reconocemos y no sabemos su nombre. Christofer Lloyd: el “Doc” que invento la maquina para viajar en el tiempo; Vincent Schiavelli: el atormentado, tremendo y paranoico fantasma del subte que le enseño a Patrick Swayze a hacerse notar; Brad Dourif, el consejero de cara pálida y diabólica que enfermaba a Théoden con sus palabras… Y por supuesto el enorme y siempre impecable Jack Nicholson y el pequeñísimo y siempre impecable Danny DeVitto.
La historia es la que conté más arriba, pero no es lo más importante. Lo realmente apreciable es la sensación de confinamiento y el consiguiente anhelo de libertad. Pocos ambientes son tan cláustricos como un hospital mental donde las puertas reales no están cerradas. Y ni siquiera hará falta el ambiente si se sabe leer de antemano el pre-final de la película, cuando el protagonista encuentra su más temida prisión. Hasta entonces todo transcurre como una serie de provocaciones de un paciente díscolo y libertario hacia su enfermera (terrible Louise Fletcher), que es la imagen misma del gobierno de cualquier país: complaciente, cínica y manipuladora, encontrando en el medio una especie de redención con la idea de libertad y de locura y contagiando esa avidez a sus compañeros de pabellón, incluso diciéndoles a los gritos: “…¿Qué se piensan que son, locos o algo así? ¡Pues no, no son más locos que esos idiotas que van por la calle!..." Exquisito…
Por ultimo voy a dos escenas que quedan en mi selección de las mejores de la historia del cine. La primera es McMurphy (el protagonista) relatando un partido de béisbol frente al televisor apagado, y haciendo que los demás “enfermos” festejen como locos (valga la humorada)… Es profundísima, todo un símbolo. Al que le quede el chaleco que se lo ponga y me discuta ese simbolismo. Y la segunda es la escena final entera. No encuentro mejor frase para terminar esta película que “… no te voy a dejar acá, te venís conmigo…”, y ese flashback que produce en la retina el bebedero de mármol, como diciendo “yo voy a hacer por los dos lo que vos no pudiste”.
En fin. No vale la pena mostrar demasiado de mis percepciones personales, tal es mi filosofía, sino recomendarla… y recomendarla otra vez, no sea cosa que se olviden de verla. Después de todo entre locos nos entendemos, o no?

miércoles, 11 de marzo de 2009

Gran Torino


El afiche promocional de la película es más que gráfico con respecto a los dos protagonistas principales: Clint Eastwood y un arma. El auto (tremendo, por cierto) funciona como un simbolismo que suaviza el trajín del desarrollo, función que le cabría a una esposa si estuviera viva durante la historia.
Pero bueno, vuelvo a los protagonistas. Clint Eastwood es un divino. Nadie puede negar lo bien que le queda ese papel que interpreta siempre, de viejo gruñón y cansado que tiene mil batallas encima. Que tiene que dejar de fumar, pero los hombres fuman. Que tiene que dejar de tomar, pero los hombres chupan. Que podría ser mas cortés con sus amigos, pero los hombres se tratan a las puteadas... Y que siente repulsión hacia las tendencias nuevas. Por eso en esta película luce tanto, porque no falta nada de lo nuevo. A saber: Adolescentes tribales, pandillas etnicas, aggiornamiento económico, mercaderes sin ética... Como para no refunfuñar. Y encima se da el lujo de "amigarse con la vida" y hasta parecer un viejo agradable en algunos momentos. Absolutamente querible desde el principio.
El coprotaginista es un arma calibre mucho que lo sigue como una mascota. No se si le rompo el corazón a alguno con esto, pero el unico disparo que sale de las recias y artríticas manos de Clint es accidental, y aún así es uno de los ejes de la historia. Me gustaría que alguien me de una reflexion de este punto, a ver que vio ahí...
La historia se permite todo: hay americanos "modelo" mezclados con negros, judíos, italianos, mejicanos, irlandeses, africanos, un cura y chinos... muchos chinos. Y todos ellos muy bien estereotipados. Acá es donde me imagino van a hacer agua muchos: ¿Es una película antisemita? Lo veo más bien como un sopapo al antisemitismo. No creo que un par de chistes racistas sean racismo... Y además me encantan los chistes racistas.
Y si, como la esposa ya se murió, la "vedette" viene a ser el Ford, incluso teniendo su momento al final, dando un vuelco previsible, que venía esperando desde los primeros quince minutos y por nada del mundo quería ver otra cosa distinta. El que la vea me entenderá.
Para terminar: La música acompaña como caballo fiel a su gris cowboy. Mucha sensibilidad para recalcar los momentos. Y el tema final, ademas de muy americano y emocionante, tiene la voz increíble de Clint Eastwood, que aunque en los créditos no lo diga a mi no me engañan: es él.

En fin, aunque no me gusten las películas del "hombre americano", ésta se lleva mi voto, y el honor de estrenar mi blog... Después de todo: Clint enojado, hablando de costado, prendiendo su pucho con un zippo, tomando cerveza en el porche, con un Ford ´72 en la vereda y una escopeta al lado... ¿Qué puede fallar?

lunes, 9 de marzo de 2009

Lo que viene!!!


Siendo este un espacio de expresión, y siendo yo un ser pensante, sobre todo entre la una y las seis de la mañana, con necesidad de expresar mis sensaciones sobre dos disciplinas artisticas que me fascinan, como son la música y el cine, llegué a este estadío... Un blog...
Se tratará basicamente de publicar mis críticas sobre discos y películas desde un lugar más humano y volátil, sin aspectos técnicos que distraigan la atención de lo realmente importante: lo que nos deja en esos dos segundos mágicos en que mirás el techo y pensás "puta, que bárbaro", es decir, el hecho artístico... Después de todo, ¿A quién le importa que se vea un avion de fondo surcando el cielo cuando estamos por presenciar una de las batallas mas impresionantes de la literatura clásica? A mi no.
En fin, esa es mi inquietud, y con suerte la de ustedes... Por mi parte, como dueño y señor de este blog, acepto todo tipo de comentarios y perspectivas... Incluso las que disparan la cabeza hacia otro lado con ayuda de nuestras queridas plantitas divertidas...
No tengo aún mi primer artículo, pero como dice el título, ya va a venir... YA VA A VENIR...